jueves, marzo 30, 2006

La verdad de la Luna, (encapuchada)

Sola sin despedida, sin un bote ni un pañuelo, si una mano que sostenía mi cabeza calmando la pena de mi angustia, derramada en llantos saludando al adios de un alma en despedida, acariciada con ternura, ya sobrellevaba el despido sabido de una última vez, sin necesitar un adios que lö confirme,
Los dos ya lo sabian, no era necesario nombrar para saberlo, pronunciar alguna palabra que comience con la letra a alcanzaría para iniciarce en llantos, los dos prefierieron soñar el beso,
No era necesario nada, solo miremosnos, contemplemos la luna que lorca alguna vez nombró, si alguna vez la vimos hermosa, mas bella estaba hoy, se alimenta de engaños, de llantos de dolor, derramando sangre de lágrimas, ahí estabamos nosotros, que la luna nos ilumine dijimos, que aca abajo estamos, que nos quede de recuerdo esta imagén que es lo único bello, pero no era nuestro juez, ni nuestro testigo amigo de bodas, era una amante, que lo esperaba en su casa sobre la cama bajo el arco del triunfo, pero no estabamos en Francia, solo recuerdo la calle pero no el nombre, si el olor del plata sin estar en Argentina, el de su maquillaje oxidado, corrido por el amor que en la gente triunfaba,
que dos tontos fuimos al caer en su trampa, enamorados de ella se metió en nuestra cama, permitiendole ser integrante de nuestra historia.
Que hábil fuiste, encantadora también, tu mirada de reojo erizaba mi mirada, fuiste amiga y compañera de mendigos, de sus perros sin dueño ni mantas y amiga de los engaños de los amantes,
hoy te nombro enfurecida, y rezo para que tu nombre desaparezca de la boca de los enamorados, fuiste un Dios para algunos, pero tu momento ya pasó, no te quedes resentida, que Van gogh la fama no conoció, vos al menos vives, y siempre viviras, hasta para mí.
y aún te nombro, todas las noches me acompañas, estes aquí o en tu país, teñiste la noche de un triste color gris, ese es tu verdadero color,
aparentas como quienes matizan sus cabellos de color grey, pensando que aquello nadie lo nota, pero yo ya los descubro, aunque tuve que llorar para saberlo, me lo enseñaste
Ya la primavera no tiene hojas, porq todo se convirtió en otoño, hoy lo miro con recelo, y en mi bolsillo no cabe el perdón,
no te empañes ya es tarde, sos igual que el cuento del escorpión, y si alguien no lo sabe que le pregunte al vecino,
una noche lo vi llorando y ahí me empezó a cantarme esta canción.