miércoles, abril 12, 2006

veo su boca e imagino su tierna piel, suave, lubricada por su saliva, la misma que va a lubricar mi vagina cuando se acerque a mi,
sus manos grandes y pulcras, fuertes y sensoriales, que pueden llevarme a un paraiso en el que solo reina el placer, el placer de sus caricias, esas que en un rato va a recibir mi cadera,
veo su piel y conozco ya el olor, puedo imaginarlo, imagino cada particula de feromona que sale por su poro, hambientando la habitación, poniéndola a tono para que mi lubricacion empiece a gestarce,
veo sus ojos, y esos párpados relajados de perverción imaginada de nuestro encuentro, relaja en mi la entrega que se aproxima a él,
un brillo en el color de sus ojos, que a tono con su arruga que enmarca su mueca, aumenta en mí el deseo de mis pechos erizados, suplicando en mi mente un pellizco a mis pezones,
esa misma mueca, me presenta su nariz aguileña masculina de virilidad, llevando directamente a introducir su pene en mi boca, encorbo mi columna dejando mi cadera a exposición del cielo, subo y bajo mi torso, busco su mirada, mientras mi boca se relaja dejando apollado su pene en mi labio inferior, las comisuras quedan apenas entre abiertas a tono con la boca, y un gesto se escapa a traves de mis ojos preguntándole si le le gusta, no es necesario pronunciar palabras, ni hacer referecia a nada, los gemidos habían respondido antes, pero yo egocéntrica egoísta paro para ver su gesto que sería capaz de suplicarme seguir, por eso lo hago, la súplica me erotiza, y mi perversión crece mas, en sus arrugas, en su debilidad, porque yo también me debilito, y eso produce la entrega al placer, al querer mas,
tomo su mano y llevo sus dedos entre mis labios, mi lengua empieza a chuparlos preparándolos para mí,
mezcla de líquidos, mi saliva y su semen, hacen una perfecta poción, mi boca despide a sus dedos, gentil saludo, y la conduzco hacia entre mis piernas, mi mano abraza la de él, mientras le enseño el movimiento que me complace y me hace empezar en movimiento.
Él esta detras de mi, yo sentada, y su brazo atravieza el frente de mi torso,
mientras una mano acaricia mis pechos erectos